Hacia la paridad del Mercado del Arte

¿El valor de una firma depende del sexo? Con un 14 % de las mujeres en el Top 500, el mercado contemporáneo sigue dominado por los hombres. Sin embargo, la proporción alcanza el 31 % en la generación de artistas nacidos después de 1980. Aunque la feminización del Mercado del Arte está en camino, el desequilibrio sigue estando patente.

Reparto por sexo de los artistas en el Top 500

Reparto por sexo de los artistas en el Top 500

Hace 30 años, el grupo de artistas feministas Guerrilla Girls comienza a denunciar públicamente la flagrante dominación de los hombres sobre las mujeres en las colecciones de los museos. Su eslogan de la época (¿Tienen las mujeres que estar desnudas para entrar en el Metropolitan Museum?) da en el clavo: la presencia de las mujeres se da más desnudándose como objetos que mediante la exposición de sus propias creaciones.

Infra-representadas en las instituciones culturales, también lo han estado desde un punto de vista comercial, de ahí el retraso de la valorización de sus obras y las grandes disparidades de precios que sufren en comparación con los hombres. En 2015, un estudio llevado a cabo por la conservadora estadounidense Maura Reilly mostraba que solo un cuarto de las retrospectivas de la Tate Modern de Londres se habían dedicado a mujeres artistas. Tras este estudio, parece que museos tan prestigiosos como el MoMA o el Whitney buscan un reequilibrio. Recientemente, grandes mujeres artistas han disfrutado de importantes exposiciones en los principales museos, y las grandes distinciones culturales han caído en un periodo en el que la equidad y la paridad entre hombres y mujeres se encuentran en el centro de los debates.

Por ejemplo, en septiembre de 2016 se concedió el Praemium Imperiale, el equivalente al Premio Nobel en el arte, a la francesa Annette MESSAGER, y en mayo de 2017 se ha reconocido la carrera de Carolee SCHNEEMANN, pionera de la performance feminista, con el León de Oro de la Bienal de Venecia. Asimismo, el MoMA PS1 le dedica su primera retrospectiva sobre suelo norteamericano entre octubre de 2017 y febrero de 2018.

En el mercado de alta gama, algunos récords recientes de adjudicación parecen revelar que el valor de una firma cada vez depende menos del sexo. ¿Acaso no ha alcanzado el récord de fotografía emblemática de Richard Prince la fotografía firmada por Cindy Sherman?

Algunas mujeres (aún escasas) están igual de cotizadas que sus homólogos masculinos. En el Top 500 de artistas contemporáneos figuran algunos resultados millonarios para las obras de Njideka Akunyili Crosby, Cecily Brown, Cindy Sherman, Marlene Dumas, Rosemarie Trockel, Christine Ay Tjoe y Julie Mehretu. Lanzada par Gagosian, sobre todo Cecily Brown presenta un rendimiento digno de mención: impulsada por un índice de precios al alza en un +456 % desde 2000 y 7 390 000 $ en obras vendidas durante un año, supera a Cindy Sherman alcanzando el 28º puesto mundial.

Evolución del volumen de negocio en subasta de Njideka Akunyili Crosby

Evolución del volumen de negocio en subasta de Njideka Akunyili Crosby

La más joven de todas ellas, Njideka Akunyili CROSBY, firma la mejor entrada en las subastas del año y se convierte en la primera mujer clasificada en el Top 500, después de 21 hombres. Introducida en las subastas hace tan solo un año, sus resultados (10 600 000 $ en obras vendidas) supera los de artistas tan potentes como Takashi Murakami o Miquel Barceló. De origen nigeriano pero con residencia en Los Ángeles, Crosby expuso en el Whitney en 2016 y se hizo con el premio Canson, entregado en el Drawing Center de New York ese mismo año. Esto le abrió las puertas de una residencia con el artista Tunga y, sobre todo, le ofreció una mayor notoriedad con un impacto inmediato en su valorización. Además, su primera aparición en las subastas precede por poco a su exposición en la Victoria Miro de Londres. Deslumbrados por tantas señales positivas, los coleccionistas se quitan de las manos su primer dibujo, subastado por más de 93 000 $ en septiembre de 2016, en la Sotheby’s de New York. Con 35 años, la artista se corona con un récord de 3 000 000 $ registrado en la Christie’s de Londres (The Beautyful Ones, marzo de 2017) y está representada en la Bienal de Venecia con un dibujo y collage de gran tamaño titulado Cassava Garden (2015), expuesto anteriormente en la Bienal de arte de Montreal.

Otra meteorítica del mercado, la indonesia Christine AY TJOE, hace sombra a su compatriota I Nyoman Masriadi, a quien le arrebata desde entonces el récord millonario: en efecto, el 28 de mayo de 2017 en Hong Kong, la casa de subastas Phillips cedió Small Flies and Other Wings por diez veces más de lo previsto, 1 500 000 $. Gracias a este récord, Christine Ay Tjoe se hizo con el 65º puesto del Top 500 mundial, con 2 900 000 $ de resultado anual. Su progresión en una década ha sido notable: el lienzo Generation 01, que partió con 4009 $ en la Christie’s de Hong Kong el 26 de noviembre de 2006, terminó con 88 550 $ diez años más tarde (Christie’s Hong Kong, 29 de mayo de 2016). Diplomada en artes gráficas y estampación por el Bandung Institute of Technology, se comenzó a hablar de Christine Ay Tjoe a principios de los años 2000 (Bienal de Pekín, 2003), y, después, su éxito internacional se confirmó mediante una exposición en la Saatchi Gallery de Londres en 2011 y otra en la White Cube en 2016. La artista no solo destaca por realizar pintura abstracta, frente a sus compatriotas, que se dedican a la figuración, sino porque hoy en día es la única mujer indonesia con tal carrera.

Puesto que el Mercado del Arte reacciona rápidamente ante la actualidad, el papel que desempeñan los museos es importante en la dinámica de los resultados. Impulsada por la exposición After Metamorphoses en el Drawing Center de New York, Amy SILLMAN alcanza el 150º puesto de la clasificación mundial. Su nuevo récord demuestra una auténtica fascinación por ella: su lienzo “P” partió de cinco veces su tasación al alza, para terminar en 504 500 $ el 18 de noviembre 2016 en Sotheby’s. Con casi 930 000 $ de resultado anual, Sillman supera a una artista tan deseada como Tauba AUERBACH, cuyo mercado de subastas se vio considerablemente ralentizado (925 000 $) tras un año de esplendor (6 000 000 $ de obras vendidas en 2015/2016).

El anuncio de una gran exposición también ha beneficiado a Laura OWENS este año. Surgida de la escena californiana, Laura Owens afloró a finales de los años 90 gracias al apoyo de las galerías Sadie Coles de Londres y Gavin Brown de Nueva York. La proximidad de su primera retrospectiva en el Whitney Museum (10 de noviembre de 2017 – 4 de febrero de 2018) ya ha tenido un efecto al alza sobre los precios, alcanzando dos nuevos récords de más de 340 000 $ desde noviembre de 2016.

Hace dos años, la artista estadounidense Jacqueline HUMPHRIES gozó del mismo empuje: se comenzó a hablar de ella cuando el Whitney Museum mostró interés por sus lienzos abstractos. Impulsada por el aura de una exposición en el Whitney, el precio de sus mejores obras se triplicó o incluso se cuadruplicó, hasta alcanzar los 100 000 $ (un récord) con un lienzo por el que únicamente se pagaron 1200 $ 1994 (95%, Phillips, 15 de mayo de 2015)…

Aunque, desde hace cuatro o cinco años, algunas mujeres comienzan a alcanzar precios similares a los de sus homólogos masculinos, la brecha sigue siendo importante. Por ejemplo, la primera (y única) adjudicación de Louise Bourgeois que superó los 10 000 000 $ se remonta a 2015, mientras Jeff KOONS, 44 años menor, ya había alcanzado el decimoquinto resultado de tal magnitud en 2007.

Para tratar de salvar las distancias, algunos museos y galerías han organizado recientemente exposiciones que reunían exclusivamente obras de mujeres (el MoMA con Making Space: Women Artists and Postwar Abstraction o la Saatchi Gallery de Londres con Champagne Life en 2016). Se trata de ideas loables para la difusión de sus obras, pero las artistas no deberían reducirse a una categoría por su sexo, ya que eso conduciría inevitablemente a otra forma de sexismo. Las mujeres deberían gozar del mismo reconocimiento que los hombres por ser buenas artistas y no por ser mujeres.